Mi primer PTL: una inolvidable experiencia de entrenamiento

Regresé a casa el lunes 2 de septiembre y aún batallaba para dormirme, debido al ritmo sueño-vigilia que aún debe recuperarse. Puedo decir que fue una de las experiencias más emocionantes y formativas de mi vida, en estilo completo con mi deseo de "ir más allá" y siempre superar mis límites y superarme a mí misma.

Para quienes no recuerdan (les conté sobre esto en mi último artículo), participé en la PTL, o Petite trotte à Léon, una experiencia que va más allá del concepto clásico de competencia. Esta competencia se lleva a cabo todos los años la última semana de agosto en Francia y es una competencia muy especial: hay equipos seleccionados por un equipo de guías de montaña franceses y todos los participantes, al terminar la carrera dentro del límite de tiempo, reciben una campana como premio, sin clasificaciones. La carrera fue concebida por un general de la Legión Extranjera que, de este modo, probaba la fidelidad y las habilidades físicas y mentales de sus soldados. La PTL es de hecho una carrera mental y física. Mi cuerpo está bien entrenado físicamente, corro en competencias de trail y ultra-trail hace varios años y estoy acostumbrada a esforzarme, pero, durante estos días he pasado por momentos muy duros. Primero de todo, sin Sergio y Veronica nunca habría logrado terminar la PTL: los equipos son fundamentales y nosotros en #teamrock (este es el nombre que decidimos adoptar para la PTL) logramos controlar bien las energías, y organizar las funciones en el grupo de la mejor manera: uno estuvo a cargo del GPS, otro del libro de ruta y el otro lidió con las partes más técnicas de la ruta.

Los participantes y las estadísticas en la PTL de Mont Blanc

Durante la PTL, solo el 20 % de los miembros eran nuevos en esta competencia y la cifra es extraña pero entendible. Por lo general en los senderos comunes hay nuevos miembros y los participantes con frecuencia cambian, pero esta es una competencia que da miedo y el primer acercamiento no es fácil.

A mi equipo le tomó 146 horas, 4 minutos y 55 segundos completar el recorrido, luego de haber dormido 9 horas como máximo, con un ritmo que nos permitió consumir la energía adecuada, sin cansarnos. A lo largo de la ruta, hay pasajes sobre el glaciar, cruces de canales en decadencia y paredes hechas de escombros que exigen extrema atención, mucho más altas de lo que se necesita durante una carrera de montaña común. En mi opinión, es necesario tener una preparación de alpinismo mínima y no sufrir de vértigo para completar la carrera sin riesgos.

Dificultades durante la PTL de Mont Blanc

Comencemos a hablar sobre las dificultades físicas: diría que el primer problema es abarcar más de 26,000 metros de ganancia de elevación positiva en 152 horas y 30 minutos, repartidos en más de 300 km de ruta, y hacerlo en un tiempo límite máximo es el segundo problema.

Además, la altitud (muchos pasos a 3,000 metros) a la larga es debilitante. Afortunadamente el clima fue amable y no tuvimos tormentas ni lloviznas, pero el sol a esta altitud quema la piel y hace que te canses más rápido, especialmente cuando duermes poco.

Si hablamos de las dificultades mentales, podríamos escribir todo un libro: hay que ser cuidadosos con el GPS, una actividad que causa una pérdida enorme de energía porque te piden estar atento al camino y ver dónde pisas. El recorrido no está marcado y si cometes un error, el mayor riesgo es perderse y terminar en recorridos peligrosos, además de no poder respetar el tiempo máximo de la carrera, y consumir la preciada energía. Tienes que atravesar algunos "waypoints" obligatorios, donde estás registrado con un chip.

El mapa cargado en el GPS muestra el libro de ruta, el cual indicaba 4 rutas con muchos colores diferentes: rojo (el camino), azul (camino alternativo en el caso de derrumbe o un clima considerablemente malo), negro (ruta con un alto rango técnico) y amarillo (carrera fuera de pista no explorada). Hemos cruzado balcones muy expuestos, escaleras, avalanchas, rocas empinadas, y mantener siempre la atención al máximo, después de una cierta cantidad de horas, es complicado. Solo pudimos contar con 2 bases de vida en las cuales teníamos ropa y calzado extra y con una decena de refugios autoadministrados donde pudimos dormir o comer.

Descanso y alimentación durante la PTL de Mont Blanc

Comer y dormir eran dos aspectos fundamentales que no debían subestimarse. En casa, preparé alimentos al vacío racionados: polenta, arroz y parmesano: alimentos que no se deterioran y aportan la cantidad correcta de carbohidratos y proteínas. Combiné este tipo de alimentos con comidas congeladas en seco para disolver en agua.

Por último, a lo largo del camino también recolectamos moras azules, zarzamoras y frambuesas silvestres, las cuales nos dieron principalmente una carga emocional, lo que nos hizo sentirnos en contacto con la naturaleza y el lado menos hostil de la montaña.

En lo que concierne al sueño, tuvimos que controlar la fatiga con inteligencia para no sucumbir ni darnos por vencidos. Sucedió que hicimos paradas, paradas de 5 a 10 minutos para descansar y combatir la fatiga repentina y cada 24 horas dormíamos alrededor de 1 a 2 horas al final, en los refugios que la organización de la PTL ponía a nuestra disposición. Descansábamos cuando podíamos sin importar si era de día o de noche.

Recuperación después de la PTL de Mont Blanc

Después de un esfuerzo físico como la PTL, la recuperación no es fácil: durante los días de la carrera la sangre no tenía manera de oxigenarse adecuadamente, porque, de hecho, nunca descansábamos realmente y al final de la competencia estaba "sucia". Ahora lo primero para hacer es restablecer completamente el ritmo sueño-vigilia regular: durante el día tengo momentos en que estoy muy cansada, y luego por la noche no puedo dormir. Sin embargo, sé que pronto me sentiré tan bien como siempre.

En cuanto a la recuperación física, lo primero por considerar es la reposición de líquidos: además, es necesario aliviar la inflamación de los músculos y la espalda (la mochila y el morral pesaban alrededor de 15 kg en total). Me llevará alrededor de un mes recuperarme por completo.

Mis satisfacciones después de la PTL de Mont Blanc y mi siguiente desafío

Con la PTL, tuve la oportunidad de conocer lugares que nunca había conocido, pero el aspecto de la carrera que más me interesó es el intercambio de culturas, energías e ideas con otros equipos de todo el mundo. En algunos momentos difíciles, ayudamos a los demás participantes y también nos ayudaron, mediante la comparación y el consejo siempre positivo. En esta aventura, como me gusta definirla, hubo una manera de enriquecernos humanamente y este es el aspecto que prefería.

Comenzaron 119 equipos y solo 25 se retiraron, también gracias a esta colaboración.

Otra gran alegría que recibí de los lugareños: todos los participantes, incluidos nosotros en el #teamrock, tenían un brazalete violeta en la muñeca; en el último km antes de la llegada, la gente nos felicitaba y reconocía el esfuerzo que habíamos hecho.

La campana que nos dieron la guardo como uno de los trofeos más preciados: cuando la toco, siento que regreso a la PTL y su "pequeño trote", y vivo una vez más los intensos momentos de dificultad y fuertes emociones. Una experiencia que les recomiendo a todos, pero que solo puede lograrse después de años de preparación.

Esta campana es la medalla más hermosa que tengo.

Ahora me recobro y en poco tiempo participaré en un maratón ecológico, para volver a adquirir un poco de velocidad. ¡Los mantendré al tanto!

Que siempre tengan buenas carreras.

Michele