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11 maneras de conseguir que los adolescentes se vuelvan locos por el ejercicio

Hasta el 27 % de los jóvenes de 13 años y el 33 % de los de 11 padecen sobrepeso en países europeos, según la OMS. La epidemia de sobrepeso y obesidad pone en peligro la salud, ya que el sobrepeso juvenil va ligado a un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes, problemas ortopédicos, trastornos mentales, bajo rendimiento en la escuela, adultos con sobrepeso y, a menudo, una autoestima más baja. La buena noticia es que los estudios han demostrado que los adolescentes pueden combatir el sobrepeso manteniéndose físicamente activos durante los 60 minutos diarios recomendados.. Sin embargo, una hora al día puede parecer abrumador si tu adolescente no es físicamente activo, tenga sobrepeso o no. Aquí te mostramos 11 consejos para ayudar a tu adolescente fuera de forma a moverse durante 60 minutos al día, volverse loco por el ejercicio ¡y mantenerse!

1.    Habla

Habla con tu hijo adolescente usando esta infografía sobre por qué y cómo podría ser más activo y comparte lo que hay para él. Youtube también podría ayudar, ya que tus discusiones parentales no son necesariamente motivadores apropiados para su edad. Reconoce que muchos adolescentes no están preparados o interesados en aprender sobre salud y ejercicio, pero dándoles una oportunidad para hablarlo y elegirpuede animarlos a mostrarse más abiertos, entusiasmados y dispuestos.

2.    ¡Conviértete en un amante de la tecnología!

Usar la tecnología como parte de cualquier tarea la hace, de forma instantánea, más atractiva para los jóvenes de hoy en día. Elegir con tu adolescente una de estas aplicaciones para ponerse en forma puede ayudarte a motivarle y hacerlo de forma divertida. Intenta crear un reto familiar o en grupo en el que no solo se queme calorías, ¡sino que origine divertidas conversaciones e interacciones!

3.    Empieza poco a poco

Los adolescentes que no están acostumbrados a la actividad física puede que solo estén dispuestos a tolerar un tiempo limitado antes de querer abandonar. Así que, empieza poco a poco, como con un paseo de 10 minutos diario, sugiéreles añadir un minuto cada día y que hagan un seguimiento de su progreso.

4.   Fija pequeños objetivos

Coméntale a tu adolescente los pequeños cambios que podría hacer para conseguir sus objetivos, así como los posibles obstáculos y remedios. Añadiendo simplemente un minuto al día, ¡a finales de mes habrá hecho otros 30 minutos! Ver cómo se acumulan los minutos puede ayudarle a aumentar su motivación, y los pequeños éxitos pueden reforzar la autoestima de tu hijo o animarle a que adopte el ejercicio como parte de su vida.

5.    Crea incentivos

Elogia y anima a tu adolescente con cada paso positivo que dé para llegar a ser más sano. No toda la actividad física tiene una consecuencia intrínseca obvia que sirva para motivar, así que un incentivo adicional puede ayudar a generar motivación. Al ofrecer recompensas por el esfuerzo, la mejora o la participación, estás reforzando en tu adolescente los valores de la perseverancia y de intentarlo. Hasta podrías establecer un contrato ofreciendo recompensas como una salida, ropa nueva para montar en bicicleta o un sombrero bonito.

6.    Cuenta el tiempo ante la pantalla

Con la excepción de «Pokemon Go», todo el tiempo que tu hijo pasa frente a una pantalla es tiempo que no está siendo activo. Así que estableced juntos unas normas respecto al tiempo delante de pantallas. En el Reino Unido, los niños de 5 a 16 años pasan una media de ¡seis horas y media delante de una pantalla! El tiempo limitado ante la pantalla es especialmente importante en las horas previas a irse a la cama, ya que se ha demostrado que los adolescentes duermen mejor cuando han pasado menos tiempo ante una pantalla.

7.    ¡Hazlo divertido!

La mayoría de las personas se motivan más haciendo algo divertido que algo aburrido. La mejor actividad para tu hijo adolescente es la actividad que vaya a hacer de manera regular. Explorad juntos qué actividades le gustan y anímalo a que las haga. No olvides que lo que te guste a ti no tiene por qué gustarle a tu hijo, y es importante demostrar interés y valorar lo que él considere divertido. Recuerda también que cualquier movimiento que no sea sentarse, cuenta, hasta actividades como teatro, las tareas domésticas, la jardinería o el trabajo de voluntariado ¡pueden levantar a los adolescentes de las camas y las sillas!

8.    Anímale a probar nuevos deportes

Es perfectamente aceptable que los adolescentes prueben un deporte, no les guste y elijan otro. Los deportes de equipo como el fútbol, ​​el baloncesto o el voleibol pueden ser un gran motivador con otros chicos de la misma edad o nivel de habilidad.Si tu hijo prefiere no participar en un ambiente de equipo, plantéate introducirlo en un deporte individual como la natación, el atletismo o las artes marciales. Por otra parte, tu hijo podría intentar un deporte individual no competitivo que se base más en mejorar la fuerza física o en disfrutar de la naturaleza, como el senderismo, el ciclismo, andar, yoga o pilates.

9.    Considera el entrenamiento con pesas

El entrenamiento de la fuerza, o entrenamiento de resistencia, puede ser una buena actividad para los adolescentes que aún no están acostumbrados al ejercicio aeróbico. Unos estudios han demostrado que hacer ejercicios de resistencia tres días a la semana puede reducir significativamente la grasa corporal, y aumentar la masa muscular, la fuerza y ​​la potencia. Tu hijo puede hacer flexiones y abdominales, levantar pesas o hacer ejercicios con bandas de resistencia en casa por poco o ningún coste, o apuntarse a un gimnasio. Asegúrate de hablar con su médico antes de que tu hijo adolescente empiece un programa de entrenamiento de fuerza.

10.    Sé un ejemplo a seguir (enlace al artículo 1 de Niños activos)

Incluso aunque tu hijo sea reacio a hacer algo contigo, se dará cuenta de si eres físicamente activo. Es importante darse cuenta de que puede que tú no seas el único modelo a seguir de tu adolescente y es posible que quieran trabajar con otra persona... un entrenador, un amigo, un hermano o alguien que «hable su idioma» que tú mismo podrías ayudarle a encontrar.

11.    Conviértelo en algo positivo, no en un castigo

Haz del ejercicio y las actividades una experiencia positiva para todos los implicados. Usarlo como forma de castigo o mandar a tus hijos fuera cuando hace frío para que se «activen» u obligarlos a que hagan algo que no les gusta puede llegar a crear una asociación negativa del ejercicio que podría durar hasta la edad adulta.

 

Desarrollar un estilo de vida sano y activo no es una carrera. Los adolescentes son más propensos a conseguirlo yendo poco a poco. Como padres, por ejemplo, ¡el apoyo y el ánimo pueden ayudarles a conseguirlo! Lee el artículo de la semana pasada «13 maneras de conseguir que tus hijos se vuelvan locos por las actividades físicas» para más ideas que aquí no hayas encontrado...